Desde que incorporé la etiqueta del “economía circular” a través de mis conversaciones con Goio Borge no hago más que encontrármela en todo tipo de contextos invocada como nuevo paradigma. Si bien el escenario actual plantea situaciones nuevas, no deja de ser otra forma de expresar aquello de que todo es cíclico. O, como decía recientemente Manel Muntada
El afán de progreso nos lleva pues a imponer un orden que suele ser causa inevitable del desorden natural que provocamos y del que tan sólo podemos sacar provecho si vemos en él la oportunidad de aprender alguna cosa: generalmente aquello que realmente somos y lo que jamás debimos hacer.
Si la nueva moda etiqueta de economía circular implica haber aprendido lo que realmente somos y lo que jamás debimos dejar de hacer bienvenida sea, pero no deja de ser, como le comentaba a Manel, lo que decía T. S. Eliot: “No dejaremos de explorar y, al final, volveremos al punto de partida y conoceremos el sitio por primera vez».
Viendo el documental recién emitido en El escarabajo verde no pude evitar recordar una canción que mi madre invocaba de sus tiempos de niña:
Estoy loco de contento
porque me hizo mi madre
unos pantalones nuevos
de los viejos de mi padre
Está bien que en vez de seguir reinventando la rueda aprendamos que su utilidad sólo necesita pequeñas adaptaciones, aunque quede mejor esa otra etiqueta de «nuevos modelos de negocio».
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Fotografía de Irene Martín mientras Estefanía Hernández pintaba el cuadro «Las costureras
Ha tenido éxito la etiqueta, cierto es. Yo que la seguía desde hace tiempo he visto un punto de inflexión en ello: que la Comisión Europea sacó una comunicación mostrando objetivos y caminos hacia la Economía Circular el pasado 2 de julio. Desde ese momento en que el concepto se hace oficial/legal, arrasó en todas partes, y ya no hay blog medioambiental que no se haya apuntado a ello tras leer los dos conceptos mínimos de rigor…
graaaacias por la mención!! Yo sí que estoy circular, ni asomar la cabeza puedo, je, 😉
Yo lo que veo es que todo se queda en surfear por los conceptos y re-etiquetar. La frase de Manel o las palabras de Eliot lo definen bien. ¿Cómo demonios hemos llegado a esta obsesión por “lo último”? Es como con la normativa del agua cuando hace nada aun andaban con lo de desviar caudal de los ríos porque como total se “desperdicia el agua al llegar al mar”…
El documental tiene algún punto interesante pero en fin…