Quiero confesar que no encuentro profesionales que sepan de verdad de audio analógico. He convencido y contratado a mucha gente que ya estaba retirada para poder sacar este producto
De la obsolescencia como «medio para» a la razón de ser para nuevos desarrollos tecnológicos. De nostalgia de trastero (o museo) a modernidad. Y los profesionales de entonces escasean, hay que echar mano de los que ya se habían jubilado.
Lo cuenta Kaz Hirai, presidente de Sony, que sabe bastante de tendencias y de mercados:
Pregunta: Su walkman de alta definición cuesta 1.200 dólares. En CES han sacado una mesa para vinilos, que se pueden conectar al walkman para pasar el sonido, ¿por qué?
Respuesta: Lo analógico vuelve, en música y en fotografía. El vinilo y el carrete van tener una segunda vida. Los artistas de nuestro sello, me lo piden, quieren sacar un LP. Mi hija, que estudia fotografía, usa una máquina digital para clase, pero tiene una cámara analógica para su uso personal. Me lo ha dejado muy claro, le gusta tocar el rollo, el proceso del revelado y, sobre todo, saber que tiene 36 disparos le hace pensar cada toma, razonar todo. Todo vuelve. Sacar nuestro sistema para digitalizar los vinilos y poder llevarlos consigo sin perder calidad es una apuesta por el formato. Cada vez hay más interés por la calidad, por un formato que no pierda fidelidad. Quiero confesar que no encuentro profesionales que sepan de verdad de audio analógico. He convencido y contratado a mucha gente que ya estaba retirada para poder sacar este producto, técnicos de sonido que saben tratar el vinilo, y eso nos pasa también con los discos de los artistas.
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